Diseñar conversaciones poderosas, meditar, confeccionar agendas para las reuniones, separar los residuos, hacer reuniones de retrospectiva, comer más frutas y verduras, escribir para el blog… todas, todas excelentes prácticas, de las cuales entendemos perfectamente la importancia y el retorno de inversión, pero en general nos resulta imposible mantener. Somos perfectamente conscientes del instante en el que decidimos implementar una práctica, pero generalmente no tenemos registro alguno del momento que las abandonamos y en la mayoría de los casos, tampoco conocemos las razones. Si bien somos expertos en construir múltiples y diversas explicaciones ad-hoc que justifican la desatención, en muchos de los casos, se acercan más a ser excusas que razones auténticas. Creo que el primer paso para la adecuada implementación de una práctica, es ser capaces de resistir al abandono, al menos tomando la decisión responsable de dejar nosotros a la práctica, en lugar de permitir que se va...